Y eso del Comadreo…¿qué es?

Si un adjetivo pudiera calificar la relación de nuestras antepasadas sería sororidad y comadreo” (Teresa Terrón & Victoria Chacón)

Tanto si es la primera vez que escuchas las palabras Comadreo, Comadre o Comadreando, como si las llevas usando toda tu vida, ¿conoces realmente lo que significan o de dónde vienen?

La cita que da inicio a este artículo puede ser una buena pista, al igual que la misión de  nuestra Asociación Comadreo: promover el apoyo colectivo y el arraigo comunitario, creando espacios seguros de encuentro desde nuestra red de mujeres. 

Aunque el Comadreo radica etimológicamente del latín commāter, es decir ‘cum matre’, que traducido al español sería “con la madre”, es una práctica que va más allá de la que podría ser en esta definición una madrina. Siendo la comadre en este caso, además de la mujer que acompaña a la madre para la crianza, una confidente, un apoyo y una hermana de vida

El “Comadreo” ha evolucionado a partir de esta visión como una base que reivindica la colectividad y el folclore como revolución y una recuperación de las prácticas feministas de nuestras antepasadas. Con una mirada hacia el feminismo español, Comadreo se ha utilizado principalmente en el movimiento andaluz, donde la feminista Carmela Borrego lo identifica como “una forma de supervivencia ante el sistema patriarcal en el que vivimos”. Se trata precisamente de las redes de mujeres que nos han sostenido a lo largo de la historia en nuestra cotidianeidad: la vecina que se mantenía atenta a la casa de al lado por sospechas de maltrato, la que cuidaba a los niños cuando su madre no podía, la comadre que te guardó un secreto, la que avisaba en el trabajo de que con ese u otro jefe no podías quedarte sola, la que te enseñó a navegar la menstruación, o la que acompañó a una clínica a su compañera embarazada.

Si pensamos en el complejo y diverso contexto latinoamericano y caribeño, es igualmente notable la práctica común y extendida del comadreo, en ámbitos rurales y citadinos. Varios proyectos de resistencia contra la violencia machista e institucional han encontrado en el apoyo y organización entre comadres una manera de hacerle frente a situaciones graves de vulnerabilidad de los derechos de las mujeres. 

El comadreo ha encontrado también su expresión festiva en los ‘jueves de Comadres’ celebrados tanto en Asturias como en Bolivia, Chile y Perú: una reunión de mujeres en el que compartir el tiempo en comunidad el jueves anterior al martes de carnaval. 

En palabras de la escritora Mar Gallego: “Hay miles de espacios que solo las comadres rellenan, y es ahí en estos tiempos sin duelo donde las feministas de ahora tenemos que agarrarnos como a un clavo ardiendo. Comadre un lugar en el mundo, sin juicio y sin peleas, un sitio de paz entre tanta guerra” (Báez Boza, 2022)

Sabiendo lo anterior, es precisamente curioso que las primeras entradas que podemos encontrar en los diccionarios o en una búsqueda superficial en internet, describan el comadreo como “Chismorrear o murmurar.” (RAE) o, en definitiva, “charlar, conversar, generalmente de cosas sin importancia” (Diccionario de la Lengua Española); denotando la visión institucional patriarcal que ha teñido siempre los espacios informales femeninos. No sorprende tampoco encontrar esta narrativa en los ejemplos utilizados en estos diccionarios: “Las vecinas comadreaban sobre los nuevos inquilinos”; o, mi favorita: “¿Qué se comadrea por ahí?” (RAE).

Respondiendo a la acertada pregunta anterior, en el espacio de esta asociación hemos querido traducir el comadreo en 4 pilares fundamentales: 

    1. Sororidad. El comadreo pretende crear un espacio seguro de inclusión para todas las mujeres, tendiendo la mano de las unas a las otras.
    2. Herencia Cultural. Esta tradición viene de antaño, donde nuestras antepasadas asentaron las bases en las prácticas culturales que hemos heredado, en conexión con el arte y la cultura.
    3. Conexión Intergeneracional. El comadreo no ve una barrera en la edad, sino un espacio para el encuentro y aprendizaje, donde poder conectar mujeres de diferentes generaciones desde la colaboración.
    4. Espacio Común y Diverso. Esta práctica busca compartir los legados de mujeres con culturas y orígenes diversos, celebrando, compartiendo y aprendiendo de nuestras diferencias. 

Comprendiendo ahora que el comadreo sí trata “cosas con importancia”, precisamente creando espacios para poder expresar todo aquello que nos intersecciona y compartimos como mujeres, la necesidad de recuperar la práctica del comadreo es innegable. La discriminación y violencia que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo, es una realidad transversal a todas nosotras, pero también debemos añadir, que hemos creado redes de apoyo entre nosotras y una cultura de hermandad como estrategias de resiliencia.

Como dice la periodista Lorena G. Maldonado, Comadreo “me gusta porque suena andaluza y porque suena [a herencia] (…), porque suena a patio de corrala, a puchero y a limpio, porque suena humilde y suena protectora, porque está dicha a pie de calle, a pie de barrio, donde se mueven sigilosamente los hilos de miles de mujeres que se ayudan entre sí siendo vecinas, siendo amigas, siendo familia.”

Como curiosidad, os contaré también que en 2023, Comadreo fue el vocablo del año de la Real Academia Galega. Como véis es una palabra que se mantiene viva y, ante todo, que nos permite dar nombre y fuerza a las redes de mujeres que creamos de manera consciente o sin darnos cuenta. 

Ahora que ya conoces su historia y cómo lo han interpretado distintas personas a lo largo del tiempo, sólo queda hacerse la pregunta más importante: ¿Qué significa Comadreo para ti?


Autora: Ana Novoa Jerez

Con la colaboración de: Marlene García Cambra y Ámbar Carralero Díaz